Qué es una joya y que no lo es.
Hay tantos adornos y abalorios disponibles actualmente en las tiendas de moda, que poco a poco hemos ido perdiendo el concepto de qué es una joya de verdad, y qué ventajas tiene frente una pieza de bisutería. Hoy recuperamos estos valores tan importantes de forma resumida para poder recordar qué es una joya.
¿Qué es una joya? Una breve descripción…
Actualmente hay muchos abalorios y bisutería que son llamados joyas de forma incorrecta, que se han ido mezclando con ellas produciendo confusión entre los clientes, incluso en las tiendas de venta de joyas. Esto ha ocurrido por varios motivos, como puede ser la crisis, la necesidad de ahorrar, la facilidad de importación, un aumento del consumismo y de la (in)cultura del usar y tirar…
Si queremos saber qué es una joya, podemos hacer una búsqueda rápida en el diccionario y nos aparecerá que una joya es…
Un objeto ornamental para las personas, hecho de piedras y metales preciosos.
Como comentábamos, últimamente también se han empleado materiales de bajo valor para hacer ornamentos. Incluso hay personas que creen que cualquier tipo de material se puede utilizar para fabricar joyas, pero el resultado real no seran joyas si no adornos, bisuteria, o complementos .
Nosotros, como joyeros expertos y especializadas en el sector, sabemos que una joya va mucho más allá de eso. Según nuestra filosofía y entender:
Una joya es un objeto de uso personal que tiene un valor simbólico muy elevado y que además expresa una serie de intenciones (sentimientos, estilo personal…) y que SUMA VALORES. Como más valores sume, más será una joya, y como menos valores tenga, menor será su rango de joya.
¿Qué es una joya y qué VALORES tiene una joya?
- Valor material de los componentes de la joya
- Valor de belleza de la joya
- Valor de diseño de la joya
- Valor por la elaboración artística o artesanal de la joya
- Valor por ser una joya pensada para una persona concreta
- Valor de la intemporalidad de la joya
- Valor sentimental que descansa sobre la joya
Valor material de los componentes de la joya
Este sería el valor más físico. Una joya siempre tendrá un valor material elevado que vendrá dado porque sus componentes son escasos, raros y de gran calidad. Estos son el oro en cualquiera de sus colores, el platino, los diamantes o las piedras preciosas. Son materiales difíciles de encontrar y de un resultado inmejorable. En esos aspectos mismos radica su valor y uno de los valores de la joya.
En contraposición, la plata, los metales sencillos y las piedras falsas, nos alejan muchísimo del concepto de joya, no solo por su escaso valor si no por el mal resultado que dan (se abollan fácilmente, oxidan al momento en colores muy feos, se rayan con facilidad, etc.).
Nosotros, como orfebres joyeros responsables del resultado de nuestras joyas, nunca trabajamos en plata, latón, acero u otros metales. Tampoco usamos cueros, cauchos, conchas, maderas y otros materiales de pésimo resultado.
Valor de belleza de la joya
Este es un valor subjetivo pero universal. A las personas nos gustan y nos llaman la atención los colores, los materiales o piedras que brillan, las tonalidades y la calidez del oro… Es algo que tenemos en nuestra mente de forma innata, y que nos ha acompañado desde el inicio de la especie humana, cuando en la prehistoria ya se hacían joyas de oro y piedras preciosas. Nos gusta sentirnos envueltos por la belleza.
Valor del diseño de la joya
Una joya puede tener un diseño muy elaborado y complicado o un diseño simple y sencillo, sin ningún valor. Pongamos por ejemplo una joya modernista, en la que podemos encontrar numerosos detalles, y donde su diseño juega un papel elemental. O por otro lado, una joya de formas simples, anticuadas o que se repiten al ser copia de modelos anteriores. El diseño y la creación de ambas ha sido completamente distinto a pesar de poder estar hechas con el mismo material, y por lo tanto la joya con un diseño más elaborado tendrá otro valor más a sumar.
Valor de la elaboración artística o artesanal de la joya
Cuando nos preguntamos qué es una joya, debemos pensar también en cómo ha sido creada. Como es evidente, si se trata de una joya hecha a mano por un joyero artesano experto, tendrá este valor en su máximo exponente. En cambio si ha sido creada en una fábrica en serie, en este ámbito carecerá de valor. El trabajo artístico de joyero que hay detrás de una joya es muy importante, no solo por las horas dedicadas, sino por la diferencia de calidad que se consigue con una joya hecha artesanalmente.
Valor de ser una joya pensada para una persona concreta
En joyería existe una opción importantísima que muchas veces ni pensamos o descartamos debido a que creemos erróneamente que será más costosa económicamente. Esta opción es la de hacer joyas personalizadas creadas específicamente para una persona. Una joya personalizada puede ser por ejemplo una joya con un grabado especial que simbolice algo emotivo para la persona que la llevará. O incluso puede ser una joya con una forma o un diseño concreto que evoque unos recuerdos para esa persona. Estas joyas tan personalizadas tendrán muchísimo más valor que una joya con miles de copias en el mundo. Puedes leer más sobre qué es una joya personalizada aquí.
Valor de la intemporalidad de la joya
Este valor es otorgado durante el diseño y realización de una joya para conseguir que dure muchos años. Se puede hacer una joya con un bonito diseño pero con una estructura mal calculada, o que no tenga los gruesos de oro adecuados. Ello llevará a la pronta rotura o demérito por simple uso. Asimismo, hay diseños de joyas que perduran en el tiempo sin pasar de moda. En cambio otros diseños caducan al poco.
Por eso suma valor una joya que esté pensada para ser intemporal, y pueda pasar de generación en generación por mucho que se use.
Valor sentimental que descansa sobre la joya
Una joya que suma tantos valores, podrá recibir el último y más importante, al ser un soporte ideal para el valor sentimental. Una joya con todos estos valores sumados nos servirá perfectamente para expresar nuestros más elevados sentimientos.
Por ejemplo nadie pediría la mano de su prometida con un anillo de plástico. Si queremos representar un sentimiento tan elevado como el amor, no podemos hacerlo sobre un soporte banal como algo que no sea una joya. Debemos hacerlo sobre algo que sume más valores, y esto es lo que la convierte en una joya.
Cuando se elabora industrialmente una «joya» con acero, plata, o con circonitas estamos quitando todos estos valores de los que hemos hablado, y deja de ser una joya, pasando a ser un adorno o una bisutería cualquiera, incapaz de soportar cualquier sentimiento elevado… Y como decíamos, del mismo modo que a nadie se le ocurriría pedir la mano con un anillo de plástico, tampoco es adecuado hacerlo con un anillo de plata, acero, caucho o circonitas, ya que no son joyas y no están pensadas para tal fin. No tendrán ninguno de los valores comentados anteriormente.
Siempre que regalamos una joya hay una intencionalidad sentimental detrás, y necesitamos que este soporte sea el más válido posible. Y esto no quiere decir gastar toda nuestra economía de 5 años, sino intentar que dentro de nuestras posibilidades, la joya que vamos a regalar sume el máximo de valores para ser un buen soporte de nuestros sentimientos.
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